Adquisición de imágenes astronómicas
La adquisición de imágenes es el inicio de la aventura del astrofotógrafo y será la materia prima que alimentará el resto de procesos.
Completar este paso obteniendo datos de calidad permitirá que su tratamiento posterior no sea tan complicado y obtengamos una imagen que nos haga estar satisfecho sin sudar ríos de tinta. sin embargo, a veces, haber lidiado con problemas a primera vista insolubles durante el procesado, nos hará estar aún mas orgullosos.
La toma de datos no es posible hacerla cuando queramos (dependemos de la meteorología y de nuestra disponibilidad personal) y es necesario planificarlo de la mejor manera posible, eligiendo con antelación el objeto que queremos realizar, comprobando que sus dimensiones se adapten al campo que disponemos y buscando un encuadre que aumente su belleza. No nos podemos permitir el lujo de dejar escapar tiempo de oscuridad.
Ya por la noche, al inicio de la sesión, es deseable «perder» tiempo asegurándose que el enfoque es el mejor posible y buscando el encuadre planificado. No prestar atención al enfoque puede hacernos tirar a la basura unas valiosas horas de exposición.
Una vez que nos hemos asegurado de obtener el mejor enfoque posible y encuadrado nuestro objetivo de la noche, pasaremos a calibrar el guiado (si es necesario) y a comprobar la correcta comunicación de nuestro ordenador con el telescopio y las cámaras.
Tras estos preliminares, sólo queda planificar el número de tomas y su duración. Al controlar las primeras tomas nos haremos una idea del correcto funcionamiento de la configuración y de la bondad del guiado y podremos relajarnos el resto de la noche («gorroneando» tiempo en los telescopios de nuestros compañeros que van a visual), vigilando de manera puntual nuestro equipo.